CIUDAD DEL RÍO,
INSPIRACIÓN PARA LA NUEVA MEDELLÍN

MEDELLÍN PROSPERÓ A LO LARGO DE UN VALLE LARGO Y PROFUNDO, como esas yerbas que crecen en medio de las ranuras de las losas, que nos habla de una cierta terquedad y un espíritu aventurero empeñado en encontrar un resquicio por donde pueda brotar la vida. Siguiendo con la misma imagen, podríamos decir que Ciudad Del Río es un proyecto urbano que le devolvió la vida a una zona que, debido a la actividad industrial que albergaba, había sido vista como un foco contaminante y gris. Donde antes había solo chimeneas, hornos y máquinas, hoy vemos también brotar naturaleza, color, arte y vida.

En términos de renovación urbana, Medellín se está convirtiendo en un ejemplo de interés global y representa una de las agendas urbanísticas más ambiciosas del mundo. Al contrario de otras ciudades, este proceso urbano no se está haciendo en la periferia o en áreas de expansión, sino que se ha tratado de una reorganización que fomenta el crecimiento hacia el interior del valle y dentro de áreas que ya están urbanizadas, como es el caso de Ciudad Del Río.

Que la ciudadanía pueda gozar hoy de parques, vivienda con calidad, comercios, servicios y cultura en esta zona, es una muestra de cómo la unión de fuerzas entre el sector privado y el público es benéfica para construir la ciudad que todos soñamos. Esa ciudad soñada es una Medellín con una vida pública fuerte y activa, sólida en convivencia, atractiva y dinámica, con una sociedad sostenible y una rica movida urbana. Una ciudad que le da la cara a su río y que es un escenario para el encuentro y la integración social. Todos estos atributos están presentes en Ciudad Del Río, una ciudad abierta para la ciudad, que ha servido de inspiración para la nueva Medellín.

Este desarrollo urbanístico, fruto del Plan Parcial Gran Manzana Simesa, se caracteriza por la introducción de diferentes usos a este estratégico terreno, donde conviven el comercio, los servicios, la industria, el esparcimiento, la cultura y, por supuesto, la vivienda. El predio está ubicado en las inmediaciones de la avenida de Los Industriales, entre las calles 24 y 17, entre la estación Poblado e Industriales del sistema metro y cuenta con referentes cercanos como el centro comercial Punto Clave, la Clínica Sura y la sede principal de Bancolombia. Este proyecto comenzó a gestarse como una idea desde antes de la venta de la siderúrgica Simesa en el año 2000 y empieza a hacerse realidad cuando es aprobado el plan parcial en el 2006, que abrió la posibilidad de redesarrollar el predio e introducir nuevos usos del suelo. Para escoger el proyecto que mejor tradujera las aspiraciones, el espíritu y las intenciones urbanísticas de los promotores, se abrió una licitación privada para seleccionar la mejor propuesta, que finalmente fue adjudicada a los arquitectos Giovanna Spera y Juan Esteban Arteaga, quienes también habían sido parte del equipo formulador del plan parcial.

En un comienzo, el proyecto fue bautizado la Gran Manzana Simesa, al estar localizado principalmente en el predio donde antes estuvo la siderúrgica y con ese nombre se aprobó el plan parcial. Cuando comenzó la construcción, los promotores consideraron que el proyecto necesitaba otro nombre, pues, aunque Simesa era un referente importante para la ciudad, el nombre de esta propuesta debía estar acorde con su espíritu urbano y renovador y es así como un equipo de profesionales en comunicación y mercadeo lo bautizan con el nuevo nombre de Ciudad Del Río. El éxito de esta propuesta urbanística consiste en que logra plasmar los principios del plan parcial al ámbito físico y espacial con una gran coherencia que pudo concretarse en una estructura nueva de ciudad, que no solo es fruto de la creatividad, sino que materializa los principios de Autonomía, Convivencia y Flexibilidad, que hacen posible un desarrollo de esta naturaleza.

Para darle una nueva vida a este sector, la arquitecta Giovanna Spera comenta:

“Lo primero que hicimos fue una lectura del territorio, del entorno, mirar qué había, qué podía pasar, cuáles eran las oportunidades, entender que estábamos muy cerca del Poblado, que teníamos el predio del vivero y estábamos al frente del zoológico. Entender que había unas posibilidades de conexión, de armar un sistema, luego el metro y todos los sistemas de transporte, entender ese entorno y pensar cómo los podríamos articular y conectar con la ciudad que teníamos alrededor”

Los arquitectos tenían la convicción de que una ciudad debe ofrecer espacios donde haya un mayor acercamiento entre la gente y una mayor visibilidad del espacio. Al respecto, Juan Esteban Arteaga explica:

“Lo que Ciudad Del Río genera es una cultura de usar el espacio público, que es muy importante para una ciudad como la nuestra. Una cosa es pedir espacio público y otra cosa es usarlo. En estos diez años ya se ve esa cultura, la gente usa el espacio público, lo cuida y ve con otros ojos las condiciones de ese espacio. Me sorprende ver un cumpleaños, con vino, torta, helado, serenateros, deportistas, familias, personas con perros. No tiene exclusividad, sino pluralidad de ciudad”.

Ciudad Del Río, más que un proyecto arquitectónico, debe entenderse como un proyecto urbano por la extensión considerable del territorio, la particular composición del área de planificación, las nuevas posibilidades que le genera a la ciudad su desarrollo y el cambio de imagen que produjo en el sector. Este proyecto urbano parte del reciclaje de un suelo originalmente industrial y conforma un nuevo barrio, constituido a su vez por diferentes proyectos particulares que compartirán un sistema de espacios públicos definido con precisión para un desarrollo paulatino en el tiempo, que corresponde a unas sucesivas etapas determinadas por los ciclos de vida de las empresas en el sector y por la demanda del mercado y los impactos producidos por las intervenciones que se realizan con el paso del tiempo.

El reto era trascender de la propuesta del papel a la realidad y para ello se estudió el territorio y su conexión con el resto de la ciudad. Era claro que el predio que se iba a intervenir hacía parte de un sistema tan relevante y estratégico que debía pensarse como un área con mezcla de usos y donde estaban localizadas importantes actividades de impacto regional. La mezcla de usos se convirtió entonces en un sello del proyecto y demostró que para construir una ciudad con mejor calidad de vida es importante apostarle a la mixtura de usos del suelo que ofrezca a los habitantes vivienda junto al comercio, el esparcimiento y los servicios, que les permitan a los ciudadanos resolver sus demandas y necesidades. Este modelo también funciona como una ecuación positiva porque el mercado encuentra oportunidades de inversión y al mismo tiempo los nuevos proyectos hacen aportes que modernizan y cualifican la ciudad.

La evolución de Ciudad Del Río ha sido un experimento que ha dejado muchos aprendizajes para Medellín y uno de los más importantes fue haber recuperado el sentido de lo público y entender que el éxito de una ciudad parte en buena medida de la capacidad de crear un hábitat para la viabilidad de la sociedad. Es decir, crear vivienda con espacios de relacionamiento y ocio donde el ciudadano pueda compartir la vida en los parques, las plazas y las calles. Y todo esto fue posible gracias a la propuesta urbanística que pudo traducir esa visión a los espacios físicos, que es donde transcurre la vida.

EL SUEÑO SE HACE REALIDAD

Ciudad Del Río comienza a hacerse realidad en diciembre de 2006 con la demolición de la antigua siderúrgica y el diseño y la construcción de las vías, las redes de servicios públicos y los parques. El terreno que se iba a desarrollar era de 141.000 m2, que corresponde al 46% del área total del plan parcial.

La primera parte del proyecto urbanístico quedó integrado por 16 unidades de gestión, que son definidas en el plan parcial como “cada una de las unidades urbanizables de manera autónoma que cumplen con las obligaciones urbanísticas y que poseen autosuficiencia en cuanto a su accesibilidad y factibilidad de conexión a servicios públicos”.

Esas unidades de gestión quedaron dispuestas de la siguiente manera: 6 unidades para comercio, servicios o industrias de bajo impacto ambiental, en la periferia del predio, con frente a la avenida de Los Industriales, 8 unidades para vivienda como uso preponderante en el interior del predio y 2 unidades de usos flexibles para futuros desarrollos.

La recuperación del antiguo edificio de Talleres Robledo también estuvo incluida en esta primera fase del desarrollo y fue entregado a la ciudad en el año 2009 para la sede del Museo de Arte Moderno de Medellín, MAMM. Este equipamiento se propuso como el reciclaje de una edificación que se convierte en símbolo y testimonio histórico y arquitectónico de esta área de la ciudad y de la vocación industrial de Medellín. Una vez terminado el proceso de diseño y de aprobación por parte del municipio, se procedió, a través de concurso, a la contratación de las firmas de ingenieros para la construcción de estas obras de urbanismo que han permitido el desarrollo de diferentes proyectos de vivienda, servicios y comercio, tales como:

▪■ Parque Central del Río
▪■ Torre Médica Ciudad del Río
▪■ Hotel Ibis
▪■ Torres del Río
▪■ Centro Empresarial Ciudad del Río (dos etapas)
▪■ Salud y Servicios - Clínica El Prado
▪■ Plaza del Río

En julio de 2012 se iniciaron las obras de urbanismo del lote donde operó Erecos hasta el año 2011. Tiene un área total de 44.573 m2, de los cuales 10.018 m2 serán destinados para dar continuidad al parque Ciudad Del Río y para la construcción de un edificio que el municipio destinará para un centro cultural diseñado por el arquitecto Laureano Forero, donde van a operar la Orquesta Filarmónica de Medellín, el Ballet Folclórico de Antioquia y el Colegio de Música - Canto Alegre.

LAS FAMILIAS COLONIZAN A CIUDAD DEL RÍO

Medellín es conocida como la Capital de la Montaña y en sus montañas está gran parte de su riqueza. Por muchos años, la ciudad aceleró su proceso de urbanismo escalando y colonizando las laderas de esas montañas para ensanchar el estrecho valle y extender las posibilidades urbanísticas de la ciudad. Este fenómeno trajo consigo algunas consecuencias como la construcción de vivienda en sectores inestables, la sobresaturación del suelo y el desgaste en términos ecológicos. Para atajar este fenómeno, el Plan de Ordenamiento Territorial de 1999 plantea la necesidad de desarrollar la ciudad hacia adentro, hacia el centro del valle, redensificando el corredor del río Medellín, donde están ubicados todos los servicios, el metro, las vías principales y todas las redes de servicios públicos.

Bajo esta premisa, el consorcio encargado de proyectar el desarrollo del predio de Simesa comienza a plantearse la posibilidad de construir vivienda de calidad en el sector, teniendo en cuenta también los signos que leían de su contacto con el mercado. Y entonces, gracias a su visión de mercado y a la visión normativa, concluyeron que la mejor opción para ese predio era desarrollar un proyecto donde se mezclaran el uso del suelo con vivienda y otras actividades.

Los primeros edificios de vivienda que se construyeron fueron una apuesta muy arriesgada porque tenían que convencer a la gente de vivir en una zona que aún cargaba con el estigma de ser una zona industrial. Las primeras construcciones contaron con materiales de primera calidad, aunque con diseños estándar, aun así convencieron a los compradores que le apostaron a este nuevo desarrollo urbanístico que pronto se valorizó y trajo consigo proyectos que innovaron en el diseño. Las nuevas propuestas inmobiliarias ofrecen edificios más ambiciosos desde el punto de vista arquitectónico y apuntan a estratos más altos. Esta mezcla de estratos socioeconómicos es una clara apuesta por construir una ciudad más incluyente, amable y justa. Uno de los aspectos para tener en cuenta a la hora de plantear y desarrollar las propuestas arquitectónicas fue la volumetría. Dada la proximidad con el río Medellín y debido al nivel freático, en Ciudad Del Río solo se puede construir un nivel en el sótano para parqueaderos. Para compensarlo, se hacen en altura y se están forrando esos estacionamientos con comercio para revitalizar el espacio público y construir plazas que desdoblen el espacio en un primer y un segundo nivel.

Otro aspecto fundamental que se ha venido planteando con entusiasmo consiste en la necesidad de integrar la vivienda con la vida pública de la ciudad. La tendencia actual es que los conjuntos residenciales dejen de ser unidades cerradas y se vinculen con lo que pasa a su alrededor. Un buen ejemplo de ese tipo de proyectos habitacionales fue el que Suramericana desarrolló cerca de la calle Colombia, que cuenta con edificaciones altas que albergan locales comerciales en la planta baja y alrededor de esos locales se crearon circulaciones peatonales muy enriquecedoras para el espacio y los ciudadanos. Espacios con esas condiciones generan vida de barrio donde los habitantes pueden acceder caminando a la oferta de comercio y servicio sin necesidad de utilizar el carro, es por eso por lo que estos sectores logran el precepto de una ciudad a una escala más humana.

De acuerdo con lo propuesto en el plan parcial, se podrían llegar a construir alrededor de 4.500 viviendas en todo el predio y 2.500 en los terrenos de Valores Simesa. Actualmente, en la zona hay tres conjuntos residenciales completamente habitados que tienen una excelente demanda en el mercado inmobiliario.

PARQUES COMO EJES DE LA VIDA PÚBLICA

Cumpliendo con uno de los pilares del plan parcial y como parte de las “obligaciones urbanísticas” que este proyecto le aportó a Medellín, la comunidad se vio beneficiada con áreas de zonas verdes para la recreación y el esparcimiento. Ciudad Del Río destinó para este fin 60.000 m2, es decir, casi la quinta parte del predio.

Estos parques fueron diseñados para que cumplieran una doble función: por un lado sirven como mitigadores ambientales entre las zonas donde aún opera la industria y las zonas residenciales, y al mismo tiempo ofrecen espacios verdes y abiertos para el disfrute de los ciudadanos. Los parques no solo albergan la vida de diversas especies de animales y plantas, sino que se han convertido en escenarios de la vida pública donde es frecuente ver escenas de la vida cotidiana con familias, amigos, skaters, niños, residentes y sus mascotas, deportistas y ciudadanos en general que gozan, comparten y disfrutan de estos espacios llenos de vida.

Búcaros, gualandayes, eucaliptos, mangos, ceibas del Paraná, ciruelos, guayacanes, palmas, guayabos y cámbulos son solo algunas de las especies que los visitantes pueden apreciar en los parques de Ciudad Del Río, donde se sembraron más de 900 árboles de diversas especies que incrementaron el 54% de los árboles que estaban inicialmente en el predio al comenzar el proyecto. El gerente de Valores Simesa, Carlos Guillermo Posada, comenta:

“Nosotros pudimos haber construido simplemente una manga y dotarla de andenes e iluminación y con esto se hubiera cumplido con las obligaciones derivadas del plan parcial, pero aquí se pensó en darles calidad, se hicieron bancas, unas pérgolas de concreto para que perduraran en el tiempo y que se cubrirían con material vegetal para dar sombra de una manera natural y que la gente pudiera leer y descansar, se hicieron juegos para niños y muchachos, para que pudieran ejercitarse en barras, y una pista para esa nueva disciplina en nuestro medio que era el skate, así como dos baterías de baños totalmente dotadas. Se pensó en la ubicación de los árboles, de los jardines y se dispusieron las especies más apropiadas; la iluminación fue pensada para que fuera muy cálida y que en la noche fuera propicia e invitara al descanso”.

La ciudad ha venido creciendo su oferta de espacios públicos para el disfrute de la ciudadanía como parte de su política pública. El Jardín Botánico, el Parque de los Pies Descalzos y el Parque de los Deseos son claros ejemplos de cómo los ciudadanos se apropian de esos espacios y responden de manera entusiasta a la convocatoria que ofrecen. Igual, los parques en Ciudad Del Río produjeron una oleada de personas provenientes de toda la ciudad que venían a disfrutar de estos espacios verdes. Ese fenómeno causó cierta conmoción porque ni los promotores ni los arquitectos habían imaginado la acogida tan masiva que tendría ese espacio, con el consecuente deterioro de la infraestructura física, lo que produjo malestar entre los habitantes de la zona.

El exceso de población visitante de los parques es un claro mensaje de la necesidad de estos espacios, pero también del valor que tiene la apropiación y el sentido de lo público. A medida que las ciudades se van modernizando, van entendiendo el significado del espacio público, que es un ámbito para la recreación y la productividad social, que es fruto del intercambio comunitario. Al respecto, la arquitecta Giovanna Spera comenta:

“En arquitectura y urbanismo los temas de ciudad se miden según el uso que la gente les dé. En la medida que la ciudad ofrezca esos espacios, hay un mayor acercamiento entre la gente y una mayor visibilidad, porque el problema de Medellín es que hemos hecho algunos lugares invisibles y de algunas personas, personas invisibles, porque no tienen donde encontrarse. Pero esto ha ido cambiando con los años y ahora veo al otro, y me reconozco en el otro, y entiendo que somos muchos en la misma ciudad”.

Gracias al seguimiento del fenómeno y una importante inversión en mantenimiento, los parques se han estabilizado y mantienen su calidad. Los conflictos iniciales entre los diferentes públicos se han ido superando, con la convicción de que esas problemáticas también hacen parte de los temas de ciudad y de la cultura ciudadana.

PARQUE CIUDAD DEL RÍO

Es una amplia zona verde arborizada con diversas especies de árboles y dotado con varios elementos para el esparcimiento y construcciones como la pista para la práctica del skateboard, un muro de escalada, juegos infantiles con areneros, laberintos, hongos y deslizaderos de concreto y un área con columpios, pasamanos, argollas y barras para hacer ejercicio al aire libre.

Este parque tiene la característica de bordear las manzanas del interior del proyecto que están destinadas principalmente a vivienda y usos comerciales en los primeros pisos que dan directamente al parque.

En las zonas verdes es frecuente ver a grupos de amigos o familias sentados en la manga sobre manteles, disfrutando en la tarde de un pícnic y una buena compañía. Muy cerca, niños de todas las edades corren y juegan, mientras que perros disfrutan de su paseo al aire libre. Y un poco más hacia al sur, jóvenes en bicicletas o skate, practican en la pista, haciendo parte del nuevo paisaje urbano.

PARQUE DE LOS COLORES

Es el espacio que enmarca y contiene el edificio Talleres Robledo, donde se desarrolló la primera fase del Museo de Arte Moderno de Medellín, y la plazoleta ubicada enfrente, donde se encuentra El Pórtico, parte de la estructura principal del alto horno de la siderúrgica y que fue conservada como memoria de la actividad industrial que allí se desarrolló. El parque se prolonga hasta la avenida de los Industriales para permitir la visual sobre Talleres Robledo desde esa vía.

En la parte posterior se encuentra la extensión del museo, con un edificio moderno e imponente, que cuenta con otra plazoleta con escalinatas a manera de tribuna, que hacen propicio este espacio para la realización de eventos culturales al aire libre, como conciertos y proyección de películas.

Con un área de 14.809,49 m2, el Parque de los Colores, tal como el Parque Ciudad del Río, cuenta con senderos de arenilla y pérgolas cubiertas con material vegetal que aportan sombra para generar un espacio agradable para la lectura y el descanso.

PARQUE DE LAS FLORES

Será el parque principal en cuanto a articulación con la estructura urbana que une el sistema verde del antiguo Vivero Municipal, pasando por los nuevos desarrollos de la Gran Manzana y se prolonga a través de la avenida de los Industriales cruzando por la franja que se encuentra entre la avenida de los Industriales y la avenida Regional.

La continuidad de este parque, que tiene un área de 7.060,49 m2, estaría dada por un paso peatonal elevado sobre el río Medellín hasta alcanzar el sistema del Zoológico Santa Fe y de ahí a los sistemas verdes del costado occidental de la ciudad. Este parque se convierte en el elemento del sistema público que integra el costado oriental con el occidental de la ciudad, además de ser la primera apuesta proyectual para realizar un verdadero paso peatonal por el río Medellín. Esta idea, de unir las dos orillas del río, es retomada y ampliamente desarrollada a través de un ambicioso proyecto urbano conocido como “Entre orillas”, que cuenta con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, un amplio sector empresarial con el Grupo Argos a la cabeza y urbam EAFIT.

Los arquitectos proyectistas lo han denominado Parque de las Flores, así llamado porque su tema es el de los cultivos de flores que marcan líneas de colores en el sentido oriente-occidente, encauzando la conexión de la cual ya se ha hablado. Las flores y el color se convierten en materia de intervención en el espacio público en una ciudad que goza de una imagen de eterna primavera y ciudad de las flores, pero que nunca ha explotado realmente estos valores en proyectos urbanos.

EL VECINDARIO DE CIUDAD DEL RÍO

En paralelo al desarrollo de proyectos destinados a la vivienda, se fueron construyendo diversas edificaciones destinadas al comercio, la cultura, el esparcimiento y la prestación de servicios, que le han ido imprimiendo mucha vida y movimiento a este sector de la ciudad.

CIUDAD DEL RÍO TIENE VOCACIÓN DE SERVICIOS

La llegada al sector de prestigiosas clínicas y profesionales de la salud de diversas especialidades han con vertido a Ciudad Del Río en un lugar clave donde suplir muchas de las necesidades relacionadas con el cuidado y la salud. Médicos, ginecólogos, dermatólogos, optómetras, cardiólogos, pediatras, obstetras y odontólogos son solo algunos de los profesionales presentes en la zona, que brindan una red de servicios para todas las exigencias de la población, complementada con la presencia de varios laboratorios clínicos y farmacias.

La Torre Médica Ciudad Del Río es una edificación de 18 pisos donde está localizada la sede principal de la Clínica Oftalmológica de Antioquia, Clofán, dotada con modernos consultorios y la última tecnología, que la han posicionado como una clínica con alto avance científico a nivel nacional. La torre también cuenta con seis pisos de parqueaderos cubiertos y un completo directorio de especialidades médicas, además de varias ópticas, laboratorios, farmacias y servicios bancarios. En su agradable zona de comidas, los visitantes pueden encontrar locales comerciales con cafeterías, restaurantes y heladerías.

El proyecto Salud y Servicios, inaugurado en el 2014, es una edificación con un área total de 47.000 m2, que en sus 24 pisos alberga 213 consultorios destinados exclusivamente al área de la salud. En el edificio se ubica la tradicional Clínica del Prado, reconocida como la clínica privada con mejor atención de ginecológica y obstetricia de la ciudad, que cuenta con un espacio total de 9.200 m2. El edificio tiene 417 parqueaderos, 19 locales destinados a ópticas, charcuterías, tiendas especializadas en productos para la salud, gimnasio, peluquería, repostería, cafetería y comida saludable.

UN ABANICO DE OPORTUNIDADES

Ejecutivos, turistas, profesores, estudiantes, cocineros, deportistas y empleados de empresas en diferentes sectores, forman parte de la amalgama de público que frecuenta el Centro Empresarial Ciudad del Río, otro de los desarrollos inmobiliarios que hace parte del paisaje del sector.

Esta propiedad horizontal, compuesta por tres torres en funcionamiento desde el 2013, están ocupadas por diferentes empresas e instituciones que han escogido el Centro Empresarial Ciudad del Río gracias a su ubicación central, la facilidad del transporte y la cercanía a puntos claves de la ciudad como Bancolombia, Plaza Mayor y el Museo de Arte Moderno de Medellín, entre otros. La copropiedad cuenta con 21 locales comerciales en el primer piso con destinación para restaurantes, panaderías, cafeterías, bancos, laboratorios y en general para actividades comerciales o de servicios.

La torre 1, de 14.000 m2, aloja los servicios de Comedal, Comfama, Aduanimex, la Cámara de Comercio y otra serie de importantes entidades de la ciudad. Cuenta con un sótano y 7 pisos de parqueaderos, 8 pisos de oficinas, con terraza para empleados, 2 auditorios de reuniones y todas las comodidades y controles de seguridad necesarios para las oficinas. Las torres 2 y 3 constan de 2 modernas torres de 7 pisos de oficinas, 4 niveles de parqueaderos y un primer piso con locales comerciales y de servicios.

Uno de los propietarios que más movimiento y visitantes le aporta al Centro Empresarial es la Caja de Compensación Familiar de Antioquia (Comfama), que ocupa cuatro pisos en la torre 1, en los cuales tienen un centro de acondicionamiento físico (CAF) y salones para reuniones y cursos. La presencia de cientos de personas de diversas edades y motivaciones le imprimen a Ciudad Del Río un mensaje de convivencia y pluralidad.

Vecino del Centro Empresarial se encuentra el Hotel Ibis, un edificio de 14 pisos y un área total de 9.365 m2, que cuenta con 216 habitaciones, un restaurante que ofrece gran variedad de comida internacional y un bar. Desde su inauguración, el 4 de junio de 2012, este singular hotel tres estrellas se ha convertido en el segundo hotel de mayor ocupación de Medellín y ha alentado la visita de muchos turistas nacionales y extranjeros a este sector de la ciudad.

UN TALLER PARA EL ARTE

La presencia del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) en Ciudad Del Río ha sido fundamental para dinamizar esta zona de la ciudad que, gracias a su vocación cultural, se ha convertido en un aglutinador de personas, intereses e iniciativas que giran alrededor del arte y la cultura.

El antiguo taller de fundición de la Siderúrgica, Talleres Robledo, fue recuperado para poder albergar el MAMM y fue entregado a la ciudad en el 2009. Seis años más tarde, en el 2015, se inaugura su gran expansión lo que incrementó a más del doble su tamaño, añadiendo 7.000 m2 a los 3.000 m2 que tenía Talleres Robledo. Inspirados en los barrios informales de Medellín, los arquitectos quisieron construir más que un edificio, un barrio vertical que fuera una cascada de terrazas públicas conectadas por escaleras.

Archivo Oficinas de arquitectura 51-1 (Perú) y Control G (Colombia)

MIRADAS

“Trabajo para una marca de moda y escogimos Ciudad Del Río para hacer las fotos porque nos parece un espacio urbano que se ha renovado y nos parece que es un ambiente muy agradable para proyectar lo que queremos de nuestra marca, que también es divertida, alegre y tiene relación con el arte”.

Catalina Ocampo.
Publicista

“Soy propietario de Silvio Agudelo Peluquería y llevo tres meses en Ciudad Del Río. Compré este negocio al ver que era una buena oportunidad de negocio porque tenemos alrededor 3 unidades de vivienda, que son unos 1.500 apartamentos y unas 5.000 personas que laboran en oficinas”.

Silvio Agudelo.
Propietario peluquería

“Vivo en Manrique La Salle y vengo a Ciudad Del Río a practicar kung fu porque me encanta el espacio que podemos encontrar aquí y poder practicar este arte chino rodeados de naturaleza”.

Sergio Candamil. Estudiante de ingenieria mecánica

“Vivo en Belén San Bernardo y me transporto en bicicleta para venir a trabajar en Ciudad Del Río. Me gusta este lugar porque es muy diverso y los fines de semana es muy familiar. La ventaja de trabajar aquí es la forma en que uno se puede desplazar porque es muy central”.

Vanesa Arteaga.
Mesera Ganso y Castor

“Vivo en el barrio San Diego y vengo al Centro de Acondicionamiento Físico de Comfama en Ciudad Del Río para cuidar mi salud. Aquí hago ejercicios en el agua, pesas y cardio. Vengo en bus hasta aquí porque la zona me parece muy linda y hay una paz que se siente”.

María Celina Pulgarín.
Afiliada Comfama

“Me gusta mucho venir a Ciudad Del Río por la sensación de comunidad que se respira acá, donde todos somos amables y nos cuidamos todos entre todos”.

Alan Sepúlveda Lozano.
Ingeniero industrial y publicista.

“Vivo en Ciudad Del Río hace cuatro años y tengo una papelería donde presto todos los servicios a la comunidad. Escogí este lugar porque me pareció perfecto para el transporte, la vivienda y por todos los servicios que tiene y los parques, que me parecen muy importantes porque tengo una niña y puede disfrutarlos”.

Claudia Marín.
Residente y comerciante

“Hace veinte años que vivo por fuera de Medellín pero mi familia vive en Ciudad Del Río y me gusta mucho venir aquí porque es una zona bastante central y tiene muchas ofertas culturales como la librería, el museo y el restaurante Bonuar que es muy rico. Es una delicia de sitio”

Juan Sierra.
Doctorando Universidad de Miami

“Soy de una isla francesa que se llama La Reunión y llevo en Ciudad Del Río un año y medio. Escogí esta zona por ser un sitio moderno e innovador donde se hacen muchos eventos y podemos aprovechar muchas ferias y conciertos”.

Vincent Mohij.
Residente

“Llevamos seis años en Ciudad Del Río y estamos absolutamente felices en el sector porque tenemos una gran acogida de clientes de toda el área metropolitana y aquí nos estamos reuniendo todos los sectores de la salud lo que permite hacer una atención integral de los pacientes”.

Ana María Rodríguez
Médica y oftalmóloga de la Clínica Clofán

“Decidí montar el negocio en Ciudad Del Río porque es una ciudadela donde se encuentra todo a la mano, tenemos clínicas, museo y gente de todas las edades. Este negocio lo monté pensando en que es para todo tipo de personas, la gente viene a tardiar, a conocer más personas y encontrarse. Para mí vivir y trabajar en Ciudad Del Río ha sido ideal”.

María Camila Arroyave.
Residente y comerciante

“Vengo a Ciudad Del Río desde Envigado porque tiene una de las mejores pistas para practicar el deporte del BMX. Es un buen espacio recreativo donde mucha gente llega para practicar diferentes disciplinas y donde todas las personas pueden venir a hacer nuevas amistades y practicar nuevos trucos”.

Camilo Álvarez.
Estudiante de diseño de espacios y practicante de BMX Free Style

“Vivo en el barrio Castilla y tengo nueve meses de embarazo y me desplazo a Ciudad Del Río a las revisiones en la Clínica del Prado donde he recibido una atención maravillosa y me transporto fácilmente en metro y como es una zona muy segura me puedo venir caminando”.

Jennifer Ruiz.
Paciente Clínica Del Prado

CIUDAD DEL RÍO SE VIVE

En una localización y un entorno privilegiados, Ciudad Del Río ofrece a sus habitantes oportunidades de recreación, servicios, comercio y cultura en el mismo espacio y por eso se ha convertido en uno de los mejores vivideros de Medellín. Los primeros habitantes de Ciudad Del Río fueron unos visionarios que pudieron presentir la proyección de esta zona de la ciudad y diez años después son testigos y partícipes de una de las transformaciones urbanas más importantes que se han adelantado en Medellín y que ha traído consigo una nueva forma de relacionarse y de vivir la ciudad.

CIUDAD DEL RÍO SE GOZA

A cualquier hora del día o de la noche, los visitantes de Ciudad Del Río pueden disfrutar un espacio cosmopolita, donde gozar la vida y sus pequeños placeres. Esta zona se viene consolidando como un lugar estratégico para los amantes del buen comer gracias a una oferta para todos los gustos: menús caseros, comida italiana, mexicana, cartas con influencias internacionales, sándwiches y hamburguesas gourmet, pan recién horneado, jugos exóticos, ensaladas y salpicones coloridos, empanadas y postres, vinos y café.

En los fines de semana, los Food Trucks se volvieron parte del paisaje y de la identidad de Ciudad Del Río. Aparcados al costado de las vías, estos camiones ofrecen a los comensales menús muy diversos y la oportunidad de deleitarse al aire libre con comidas rápidas, deliciosas y a buenos precios.

Cada domingo, campesinos y emprendedores ofrecen los más variados productos de nuestra tierra en el Mercado campesino: frutas y verduras de temporada, flores, conservas y mermeladas, guandolo, jabones ecológicos, granolas, quesos, arepas y panadería artesanal. Un espacio ideal para disfrutar del campo en la ciudad.

CIUDAD DEL RÍO SE CULTURIZA

La llegada del Museo de Arte Moderno a Ciudad Del Río le imprimió un carácter cultural a esta zona. Con una rica agenda artística y cultural, el museo convoca a personas de toda la ciudad que vienen hasta aquí a ver una película, visitar una exposición o escuchar un concierto. Pero la oferta no termina aquí, por el contrario, es inminente la llegada del centro cultural, que será la casa de la Orquesta Filarmónica de Medellín, el Ballet Folclórico de Antioquia y el Colegio de Música - Canto Alegre, nuevos espacios para la creación, el entretenimiento y la cultura.

CIUDAD DEL RÍO SE MUEVE

En Ciudad Del Río hay de todo como en botica, pueden encontrarse los más variados servicios en el mismo lugar: salud, recreación, formación y turismo. La población flotante, proveniente de toda la ciudad o del extranjero, se mueve desde las primeras horas de la mañana, ya sea para dar a luz, aprender un idioma, ir a clases de cocina, yoga o baile, practicarse algún procedimiento médico o planear una ruta turística.

CIUDAD DEL RÍO SE COMPARTE

Una pareja celebra su aniversario con un romántico pícnic a manteles en el parque. Una familia sale a “dominguear” al aire libre. Dos niños intentan elevar cometas a pesar del poco viento. Una niña sube, sin rendirse, por el muro de escalada. Un vecino pasea un cachorro dálmata, necio y juguetón. Un señor recoge una bicicleta en una de las estaciones para regresar a su casa con sus compras del Mercado campesino. Un grupo de amigos se ejercita en las barras. Al lado, un padre de familia columpia a su hija. Todas esas imágenes forman un mosaico vibrante y colorido de lo que es Ciudad del Río: un proyecto urbano y pluralista, que convoca, reúne e invita a compartir.

CIUDAD DEL RÍO SE EJERCITA

Los parques de Ciudad Del Río son espacios ideales para practicar deportes y hacer ejercicio. Es común ver escenas de personas trotando, vecinos caminando con sus perros, jóvenes haciendo barras y skaters entrenando en la pista. También hay espacio para el juego, aquí los niños pasean en su bicicleta, practican en el muro de escalada, se bambolean en los columpios o se deslizan por los rodaderos. Un maravilloso lugar para cultivar el cuerpo y el espíritu.

TRAZOS DE UNA COLORIDA HISTORIA

ALREDEDOR DE LA PISTA DE SKATE DE CIUDAD DEL RÍO EXISTE UNA HISTORIA QUE VALE LA PENA RECORDAR.

Era el año de 2009 y Medellín carecía de espacios en buenas condiciones para la práctica del skate, así que los promotores, en su afán por lograr que los parques fueran espacios vibrantes con una rica vida urbana, solicitan a los arquitectos diseñar y construir un bowl, o pista de skate, siguiendo todas las especificaciones técnicas y los más altos estándares de calidad.

Una mañana, recién terminada la construcción, los promotores realizan una visita al bowl y descubren con sorpresa que los skaters habían pintado grafitis. Era inevitable que en un primer acercamiento el acto fuera leído como subversivo, pero en lugar de interpretarlo como una agresión al proceso constructivo, el gesto se vio como una gran oportunidad para iniciar un proceso de apropiación del espacio. Es así como Valores Simesa, desarrolladores del predio, iniciaron un acercamiento a los skaters, para que estos presentaran una propuesta gráfica que plasmara el espíritu de esta subcultura urbana y que al mismo tiempo generara aprecio y respeto por un espacio que al final de cuentas les terminaría perteneciendo a ellos. Fue así como con el patrocinio de Valores Simesa y con el entusiasmo que los caracteriza, el grupo que presentó la propuesta plasmó sobre el bowl su diseño cargado de color, naturaleza y fauna, representando una simbiosis del mundo marino y los animales terrestres, que dio vida a uno de los sitios con más concurrencia y vitalidad en todo el parque.

Coloridos lagartos, tucanes, serpientes, tiburones y calamares fueron algunos de los motivos que tomaron vida con el aerosol, el evento resultó ser un éxito que corroboró la idea de que Ciudad Del Río es un espacio incluyente y comprometido con los temas de la cultura ciudadana.

Esta práctica, tan popular hoy en día, surgió a mediados de la década de 1950 en el paisaje urbano de California, en Estados Unidos, cuando un grupo de surfistas quisieron trasladar al asfalto de la ciudad el placer de deslizarse en una tabla sobre las olas del mar. Para lograrlo, fabricaron las primeras patinetas, o skateboards, que consistían en unas tablas de madera aprovisionadas con patines que fueron el principio del skating, un deporte que ha tenido una connotación muy ligada a los códigos de la cultura urbana.

Los seguidores, conocidos como skaters, se popularizaron por todo el mundo y Medellín no fue la excepción. Debido a la falta de lugares donde practicar, los skaters se han venido apropiando de los espacios públicos y abiertos de la ciudad que cumplen con las condiciones del suelo, los desniveles y los elementos urbanos que necesitan para patinar, pero con el auge de este deporte en los últimos años, se han construido varias pistas y skate parks en diferentes puntos de la ciudad como la Terminal del Sur, el estadio, Castilla, El Salado y Ciudad Del Río. Como era de esperarse, la pintura se desgastó bajo el caucho de las ruedas de las bicicletas y el poliuretano de los skates, la pérdida de los vivos colores de la selva y el océano son testimonio de que este ha sido un espacio vital para decenas de jóvenes, adultos y niños que se reúnen a practicar con sus patinetas y bicicletas, en un ambiente moderno, urbano y lleno de vida.

Ciudad Del Río tiene la ventaja de ser una zona plana y estar cerca del río, del metro y de muchas otras ofertas de servicio.

Fabio Ramírez.
Arquitecto y miembro del Grupo Utopía.

En estos diez años ya se ve una cultura en que la gente usa el espacio público, lo cuida y lo ve con otros ojos.

Juan Esteban Arteaga.
Arquitecto

Ciudad Del Río demuestra dos cosas: que uno puede hacer buen urbanismo y buen negocio al mismo tiempo. Y esa es una premisa que Colombia había olvidado

Rafael Obregón.
Arquitecto.

Ciudad Del Río aportó a la transformación de la nueva Medellín. Es un espacio que la ciudad se ha sabido apropiar.

Carlos Felipe Trujillo.
Director Administrativo y Financiero Valores Simesa S.A.

El mayor acierto fue la mezcla de usos, eso es importante, porque tener diferentes actividades es finalmente lo que construye ciudad.

Ximena Covaleda.
Arquitecta y coordinadora de urbam, Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de la Universidad EAFIT.

Aquí se está dando un fenómeno de transformación de los usos del suelo de una forma paulatina, donde a nadie la norma lo ha obligado a salir.

Pablo Emilio Arango.
Ingeniero.

Trabajé en Simesa desde 1970 hasta que se apagó el último horno y por ello luché porque el sector siguiera como industria, pero ahora que veo a Ciudad Del Río pienso que nos demoramos mucho en hacer un desarrollo como el que propició el plan parcial.

José Luis Arango.
Expresidente Simesa.

Es indiscutible que Ciudad Del Río ha contribuido a un mejoramiento notable del sector.

Juan Carlos Walter.
Vicepresidente Administrativo Holasa.

Han sido desarrollos muy importantes con áreas de servicios que la comunidad requiere.

Tulio Gómez Tapias.
Arquitecto.

Lejos de sentir nostalgia porque ya no está la siderúrgica, siento alegría, porque cuando pensamos que ahí se podía hacer una cosa muy importante desde el punto de vista urbano, me satisface sobremanera que se haya hecho realidad.

Alberto León Mejía.
Expresidente de Simesa.

Si bien es un diseño muy simple que parece una retícula, se aplican los principios de autonomía, convivencia y flexibilidad.

Giovanna Spera.
Arquitecta y diseñadora con maestría en Planificación Urbana.

Cuando se enriquece el entorno, la valorización paga muy significativamente esas inversiones y se genera mejor calidad de vida para todos los habitantes.

Carlos Guillermo Posada.
Gerente Valores Simesa.